18/05/2025

El Barça celebra a lo grande su triplete en Montjuïc

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El Barça celebra a lo grande su triplete en Montjuïc
El Estadi Olímpic Lluís Companys se convirtió en un auténtico festín culé tras la entrega del trofeo de Liga, cerrando una temporada llena de éxitos.

Este domingo, el Estadi Olímpic Lluís Companys fue testigo de una celebración inolvidable. Tras el encuentro de Liga frente al Villarreal, el FC Barcelona y su apasionada afición se unieron para conmemorar una temporada de ensueño, marcada por la conquista de tres títulos: Supercopa, Copa y Liga.

La atmósfera en el estadio era electrizante, con música, color y sonrisas que llenaban el aire. La entrega del trofeo de Liga se convirtió en el clímax de una noche repleta de emociones. Bajo las melodías de L’escut al pit, el himno que celebra el 125 aniversario del club, el recinto se transformó en un escenario de pura euforia.

El presidente de la RFEF, Rafael Louzán, hizo entrega del trofeo a Marc-André Ter Stegen, quien lo levantó con orgullo ante una ovación ensordecedora que resonó en cada rincón del estadio. El grito de ¡Campeones, campeones! se escuchó con fuerza mientras los jugadores se dirigían a los vestuarios, anticipando uno de los momentos más emotivos de la velada: la presentación individual de cada miembro del equipo.

El cuerpo técnico fue el primero en recibir el reconocimiento del público, y la mención al doctor Carles Miñarro, fallecido recientemente, provocó un fuerte aplauso en homenaje a su legado. La aparición de Hansi Flick desató la locura entre los aficionados, quienes agradecieron su labor con una ovación memorable.

Uno a uno, los héroes de la temporada fueron desfilando por el césped, recibiendo el cariño de los 49.558 culés que llenaron el estadio. El círculo central se convirtió en un altar de celebración, con los trofeos de la Supercopa y la Copa en cada esquina, mientras luces y fuegos artificiales iluminaban la noche.

Finalmente, el capitán Ter Stegen fue el último en salir al campo, llevando consigo el trofeo de Liga y acercándolo a sus compañeros en un gesto que simboliza la unidad y el esfuerzo colectivo. La fiesta culminó con una vuelta de honor y un lanzamiento de serpentinas que llenó de color el Estadi Olímpic.

Con esta gran celebración, el Barça se despide de Montjuïc, dejando atrás una temporada repleta de logros y con la mirada puesta en un futuro prometedor. Este equipo, lleno de hambre y corazón, está listo para seguir escribiendo su historia.